Este complejo monástico no es muy conocido por muchos amantes de Roma, se encuentra en Via Garibaldi y se accede por una gran puerta que da a un patio interior.
La culminación de S. Maria dei Sette Dolori se retrasó varias veces y la fachada de la iglesia quedó sin terminar.
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La fachada en este estado actual, tal como quedó sin revestimiento, me parece muy interesante, creo que con un revestimiento de piedra y con las molduras correspondientes podría presentar un problema de composición importante, sobre todo en lo referido a la proporción entre vacíos y llenos. Estoy convencido sin embargo, que otros arquitectos más capacitados podrían encontrar una solución eficaz y plausible que ahora yo no alcanzo comprender.
ResponEliminaSalud
Francesc Cornadó
Borromini en estado puro en la composición pero ese aire inconcluso y como de fortaleza revela otras manos o quizas la falta de ellas.
ResponEliminaSaludos
A mí me resulta fascinante en este estado. Me gustaría saber si hubo más intervenciones que las de Borromini
ResponEliminaExtraño ...
ResponEliminaVicino