El Gran Wyoming, con su hábil inteligencia, con su peculiar maestría cáustica, muestra como nadie, el conjunto de miserias, que afloran en nuestra sociedad.
Una sociedad judeocristiana, donde están ancladas las cadenas nacionales....
Casi podemos prescindir de Jacopo della Voragine y de su “Leyenda dorada”.
¡Lo que sería
dicha obra tamizada por José Miguel Monzón!
De su obra “No estamos locos”, con la que me divertí mucho, cito esta nota que describe la escena salida de los pinceles de Andrea del Sarto .
“ Recordemos que Abraham
estuvo a punto de abrir en canal y pegar
fuego a su primogénito Isaac, al
que para mas recochineo, hizo llevar una brazada de leña hasta el altar
a donde iba a darle matarile, solo porque a dios no se le había ocurrido
mayor extravagancia para probar su fe que ordenarle tostar al niño. La
providencial intervención de un ángel
que pasaba por allí impidió tan siniestra
barbacoa infanticida. Bueno está que el caprichito de dios, que no se conforma con cualquier prueba de fidelidad, pero lo que
es menos comprensible es que este hombre
se haya convertido en un ejemplo para muchos mortales por esa obediencia ciega;
los mismos mortales que, de vez en cuando se echan a la calle para protestar
contra el aborto.”
No estamos locos, del Gran Wyoming.
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- Andrea del Sarto
- El sacrificio de Isaac
- Hacia 1528
- Técnica
- Óleo sobre Tabla
- 98 cm x 69 cm
- Escuela
- Italiana.
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